El problema es Maduro

Un Presidente que pretende sostenerse con uso de la mentira, de falsear los hechos y los resultados a la vista de todos, está montado en el aire. Decir que los 28 muertos de las protestas son responsabilidad de la oposición es un recurso que lo acusa de ser el único y verdadero causante de esas muertes. El Gobierno tiene el monopolio de la represión, que la ha utilizado empleando todos los recursos a su disposición.

El discurso incendiario ordenando más represión lo hace responsable y reo a futuro de la justicia por crímenes contra los DDHH al instruir a los colectivos armados, a la GNB y a la Policía Nacional que actúen sin límites e impongan el terror. Con recursos descalificados por increíbles, señala que lo van a asesinar por orden del gobierno de Obama, lo que lo coloca en una actitud demencial y desesperada. Vale más la presunta bala que se utilizaría que a quién iría dirigida.

Quienes repudian y protestan su presencia son gente del pueblo; los fascistas que él señala están junto con corruptos serviles, tarifados y todo el enjambre de vividores a su lado saqueando al país. La reciente encuesta de Datos del 28-2 al 3-3 hecha en las grandes capitales lo señalan como un presidente fracasado. El 41,9 por ciento dice que no tiene el mando del Gobierno. 

El 50,4 por ciento señala que la represión ha sido desproporcionada. El 50,4 por ciento valora negativamente su gobierno y el 21,3 por ciento dice que su gestión no es positiva. El 58 por ciento dice que la situación del país es muy mala y esta percepción es apoyada por el 56,9 por ciento de la clase E y 54,1 por ciento de la clase D.

El 56,6 por ciento dice que la situación actual del país es peor que la del año pasado y el 53,9 por ciento vaticina que los próximos seis meses serán mucho peor. El 66,1 por ciento responsabiliza a Maduro de ser culpable de no otorgar los dólares para la importación de alimentos y mercancías y el 53 por ciento lo señala como causante del desabastecimiento.

El 51 por ciento lo culpa de la crisis económica y el 50 por ciento del auge de la delincuencia. El 70,8 por ciento se inclina por la vía electoral como forma de sustituirlo, el 87 por ciento cree que el Gobierno debe rectificar sus políticas y cifra semejante pide que Gobierno y oposición dialoguen. El 83 por ciento exige el desarme de los colectivos. 

Con estos números creemos que el problema es definitivamente Nicolás Maduro y su desastroso gobierno y, en consecuencia, ello obliga a impulsar acciones dirigidas a sustituirlo. El país no soporta una prolongación de la crisis y él no está en capacidad ni tiene el liderazgo para solucionar nada. Está descalificado.

Alberto Pineda / La Verdad