Las organizaciones tienen en estos tiempos acelerados en la innovación, tecnología, y la creatividad, un gran desafío que las obliga a romper con las estructuras organizacionales del siglo pasado.
En tal sentido, deben no solo adaptarse a los cambios sino también a enfrentarlos y ser exitosos, por ello deben producir una transformación en su estilo de dirección así como sus viejas estructuras verticales.
El conocimiento es y será su gran aliado, es decir, seguir directrices planteadas, como por ejemplo por Michael Hammer en sus valiosos aportes del pensamiento estratégico para un nuevo modelo de estructuras, esto es sin duda un reto.
Con el talento de las personas se busca mejorar procesos y ofrecer satisfacción al cliente, dejando atrás solo la preocupación por resolver exigencias internas, esto lleva a la obligada decisión de trabajar con modelos horizontales, que se sustenten en la autogestión, calidad y velocidad de respuestas.
Hay casos de empresas que asumen el dominio del mercado por justamente abrazar estrategias innovadoras en sus procesos, que implicaria comunicación efectiva interna, sin lugar a dudas para las organizaciones latinoamericanas este desafío es más complejo por la lentitud de reacción ante un mundo innovador.
El mundo de los negocios no va a pensar en el ayer, sino en el hoy, para ir hacia el mañana.
Nos hemos distanciado de las universidades, que aún siguen con programas de estudio no compatibles a la velocidad del avance de la tecnología, procesos burocráticos, pasos signados y marcados por muchos elementos políticos.
Lo anterior demuestra el descuido enorme por lo humano, por sus necesidades, dónde importa más una marca que un alimento.
Esto implica retrasos en las gestiones de las organizaciones tanto públicas como privadas, más alejados de los problemas de educación y formación, enfocados en un modernismo solo de las estructuras físicas pero no de su diseño organizacional.
Es una tarea nada fácil, la competencia más organizada desborda a pequeños negocios familiares que más que formación gerencial tienen es la urgente necesidad de vencer sus propias carencias.
Por: Jose gregorio Figueroa Zabala
Twitter: @figueroazabala
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